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Este martes 14 de abril, en “El Juez y la Sociedad”, tuvimos el honor de contar con la distinguida presencia de la magistrada María del Pilar Núñez González, que nos habló sobre ética judicial. Forma parte del Tercer Tribunal Colegiado del Vigésimo Segundo Circuito, con sede en Querétaro, fue Delegada del Instituto de Investigación Jurisprudencial y de Ética Judicial y cuenta con una amplia trayectoria jurisdiccional en el Poder Judicial de la Federación.

Nos dijo que la ética judicial debe verse en un doble sentido: como ética en general, que es la que rige a las personas, pero también, en el caso de los juzgadores, como ética judicial, de donde deriva una mayor obligatoriedad en el comportamiento y forma en la que un juez se conduce. Entonces, se trata de reglas de comportamiento tanto en lo personal como en lo público, de ahí esa doble y mayor exigencia.

La ética, no es que esté regulada, pero actualmente se cuenta con códigos que contienen los principios y virtudes en la actividad de los juzgadores. Esto se genera por varios aspectos. En primer término, a nivel Iberoamérica, se llevaron a cabo diferentes cumbres en distintas sedes, en donde los representantes de los tribunales de justicia discutieron sobre la necesidad de contar con un código de ética y, principalmente, sobre su contenido. Esto generó que en la XIII Cumbre Judicial se emitiera el Código Iberoamericano de Ética Judicial. Cabe decir que la redacción de dicho código, fue encomendada a los profesores Manuel Atienza y Rodolfo Luis Vigo, así como a una Comisión integrada por representantes de varios países y bajo la coordinación de un magistrado argentino y de Eduardo Ferrer MacGregor por parte de la Corte mexicana.

La magistrada nos compartió que en la Cumbre Judicial que se llevó a cabo en El Salvador, el Supremo Tribunal de Honduras presentó un himno que se denomina Canto Iberoamericano, justicia paz y libertad, que nos declamó durante el programa y que gentilmente me fue obsequiado por la señora magistrada, mismo que permito transcribir por lo bello de su contenido:

Canto Iberoamericano, justicia, paz y libertad

Cantemos todos con alegría

glorioso Himno de paz y hermandad;

por nuestra patria cantemos libertad,

justicia siempre, Iberoamérica.

Cantemos vivas por la fraternidad

en esta patria que busca la unidad,

que vive y sueña respeto y dignidad.

Cantemos todos: ¡iberoamérica!

Somos hijos de esta tierra

y luchamos por la paz

Anhelamos vivir juntos

con justicia y libertad

¡por Iberoamérica!

 

En segundo lugar, en el año 2003 el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, emitió la convocatoria al personal del poder judicial federal, para elaborar el código de ética, lo que les llevó al interior un año de ardua investigación y trabajo para finalmente en el año 2004 contar con el actual Código de Ética del Poder Judicial de la Federación, que parte de los principios que rigen la carrera judicial y que se establecen en el artículo 100 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: excelencia, objetividad, imparcialidad, independencia y profesionalismo.

En razón de que debe existir hacia el justiciable el compromiso de excelencia en el trabajo y actuar del juez de todos los días, es que en el principio de la excelencia se ubicaron las virtudes judiciales porque el ejercicio de cada una es el que lleva precisamente a la excelencia con la que está comprometido todo juzgador. Dichas virtudes son un total de 22: compromiso social, decoro, fortaleza, honestidad, humanismo, humildad, justicia, laboriosidad, lealtad, orden, patriotismo, perseverancia, prudencia, respeto, sencillez, sobriedad y responsabilidad.

De lo que se trata es de aspirar a vivenciar cada una de estas virtudes judiciales; como seres humanos somos perfectibles y en el actuar diario debemos aspirar a esas virtudes por ser funcionarios enfocados al verdadero servicio hacia la sociedad. La esencia de servir se rige por tales virtudes judiciales.

Para difundir el Código de Ética y hacerlo comunicable hacia el personal jurisdiccional, en el año 2007 se crea el Instituto de Investigaciones Jurisprudenciales y de Ética Judicial, bajo el impulso del Ministro en retiro Juan Díaz Romero, mismo que realizó actividades de difusión a través de un boletín interno, una revista semestral, documentos sobre ética en la vida personal, intercambio de ideas y de experiencias entre los miembros del Poder Judicial y proyecciones de películas. Ante lo extenso del personal, surgió la necesidad de crear delegaciones en los circuitos y en el año 2012 el Director del Instituto designa a la magistrada María del Pilar Núñez González como delegada para este circuito que es el número veintidós. A su vez, la delegada nombró a dos subdelegados que eran dos jueces de distrito.

Como delegación se realizaron varias actividades con la finalidad de difundir la ética, es decir, para mostrar cómo los juzgadores se sujetan a principios y virtudes judiciales. Para tal efecto se llevó a cabo un concurso de oratoria sobre ética, ciclos de conferencias que fueron inaugurados por el ministro en retiro Juan Díaz Romero (que en paz descanse y quien nos ha dejado un legado invaluable además de un gran ejemplo a seguir por parte de los juzgadores) y para fortalecer el patriotistmo se realiazó un acto de abanderamiento en donde participaron en conjunción con niños de preescolar.

Dentro de estas actividades, presentaron una obra de teatro -que tuve la fortuna de disfrutar-, acerca de la justicia y se eligió “El juicio de Sócrates”, que contó con el apoyo de la dirección de expertos de la Escuela de Bellas Artes de la UAQ, pues la delegación no contaba con recursos ni presupuesto, razón por la que se solicitaron apoyos que afortundamente se lograron, además, los diversos papeles de la obra fueron representados por el propio personal del Poder Judicial Federal con sede en Querétaro, lo que resultó ser una extraordinaria experiencia que permitió vivir los valores y que se enfatizó con el cierre a cargo del Mnistro en retiro Mariano Azuela Guitrón, con la ponencia “Ética judicial para qué”.

Actualmente el Instituto y por ende las delegaciones, no se encuentran en funciones, pero aún así se piensa retomar algunas actividades como lo es la presentación de la obra de teatro.

Para ser juez se deben reunir ciertos requisitos legales, también, someterse a un concurso por oposición que se compone de una serie de exámenes en conocimientos teóricos, prácticos, psicológlcos, para de esta forma elegir a los perfiles idóneos para tan delicada función de juzgar. Pero además de cubrir con esos requisitos, para ser juez se requiere carrera judicial que se inicia desde los primeros cargos hasta llegar al de juez. Esta carrera judicial implica, al menos, un promedio de entre 10 a 15 años para poder ser juez, porque de esta manera se van adquiriendo las virtudes judiciales.

Un código de ética es una pauta objetiva de calidad ética en el servicio judicial y es importante para que los jueces aspiren al cumplimiento y apego a los principio y virtudes, para de esta forma generar confianza y autoridad moral en los juzgadores, porque vivir y ejercer tales virtudes reflejan un compromiso con la excelencia que fortalece la legitimidad del poder judicial que tanto se necesita. La ética judicial es un compromiso íntimo del juez con la excelencia y con el rechazo a la mediocridad.

Como ven, tuvimos un programa excelente y una nutritiva charla gracias a la señora magistrada María del Pilar Núñez González: excelente ser humano, juzgadora congruente con su compromiso de servir.  Mi respeto y admiración hacia ella.

Nos escuchamos el próximo martes en una emisión más de “El Juez y la Sociedad”. ¡Hasta entonces!

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